Este artículo español es la traducción de mi artículo japonés escrito el 10 de marzo, 2021.
El artículo original está aquí.
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Esto ocurrió hace un año, en marzo de 2020.
Fuimos a una ciudad que se llama Sandhausen para ver un partido entre
el SV Sandhausen II contra Stuttgarter Kickers.
Fuimos a animar a los Kickers.
Era el primer partido para los Kickers después de 3 meses de parón invernal.
Me emocioné a ver a otros seguidores de los Kickers y hablar con ellos de nuevo
después del largo invierno.
En esta ocasión, hablamos de COVID-19, pero no tenía ningua idea de lo que iba a pasar
en los siguientes meses.
Por tener la pista de atletismo alrededor del terreno de juego, había distancia entre
el césped y los espectadores. Además, habían guardias de seguridad de pie cada
2 metros sólo enfrente de los seguidores visitantes, es decir, nosotros.
Mientras que veíamos el calentamiento, sólo podía ver a los guardias en vez de
la pelota y los jugadores.
Hmm, pensé que podría ser difícil ver el partido.
¡Qué pena!
Pero estaba nerviosa y contenta por el partido.
Los jugadores entraron al campo y el árbitro pitó el inicio.
Los Kickers estaban en la segunda posición de la tabla y el contrincante estaba en la
última. Este hecho nos daba esperanzas para una victoria de los Kickers.
Aunque los Kickers mantenían la pelota de forma aplastante y atacaban,
no conseguían marcar.
Yo estaba impaciente porque los goles no llegaban.
De repente en el minuto 38 por un error de un jugador de los Kickers,
la pelota fue al adversario.
A los Kickers no les dio tiempo para defender.
En un instante, fue gol para el Sandhausen.
¿Pero qué ha pasado?
Ya sé que había pasado exactamente, pero sólo salía este frase desde mi boca.
Aunque atacábamos mucho, un error pequeño concedió un gol al contrincante.
Acabó la primera parte del partido y empezó la segunda.
Ahora vamos a marcar!
Era el minuto 46, un minuto después del comienzo.
Un tiro lejano del Sandhausen se coló por arriba del portero de los Kickers y
entró a la portería.
¿Cómo?
Tenía la sensación que mi cabeza intentaba entender lo que pasaba en frente mia,
pero no podía procesarlo.
Cuando el árbitro concedió el gol, casi podía oir los suspiros y lamentos de los
jugadores y 300 seguidores de los Kickers que vinieron a Sandhausen.
Acabábamos de empezar el año con ganas de subir a la cuarta división (Regional Liga).
Queríamos llevarnos los 3 puntos a casa, pero perdimos 2 a 0.
2 días después de este partido, aplazaron todos los partidos de fútbol,
los conciertos y otros eventos.
Cerraron las fronteras y las tiendas.
Habían muchas restricciones en Alemania.
Posteriormente, en la quinta división donde juegan los Kickers,
todos los partidos se cancelaron y la liga se suspendió.
No pudimos subir a la cuarta división.
VfB Stuttgart II, que era el actual líder subió.
Este partido con una grande decepción y desilusión fue el último partido
de la temporada 2019-20.
Cada vez que recuerdo este partido, me duele el corazón.
La siguiente temporada, (2020-21), comenzó en agosto de 2020, otra vez
con las mismas ganas de subir a cuarta división.
Pero otra vez tuvo que parar en octubre por la segunda ola de COVID-19.
Hasta ahora la liga se ha suspendido y los jugadores no pueden ni entrenar.
Todavia no se ve la luz al final del túnel.
El túnel es bastante largo.